
Enrique Ortega
Enrique Ortega, compositor cordobés en acento y porte. Estudiante de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Navarra.
¿Qué es lo que te trajo a Pamplona?
Estudiar la carrera de Audiovisual. La Universidad de Navarra era la mejor opción para estudiar lo que quería, además me daban la pasta y era lo más lejos que había.
¿Cuándo empezaste en el mundo de la música?
En el mundo de la música...creo que con 8 o 9 años. Yo estaba todo el día haciendo el vago por la calle, y mi padre dijo “te voy a apuntar a clase de algún instrumento. Elige el que quieras”, y elegí la guitarra. Fui a clase obligado, aprendí a tocar, pero odiaba la guitarra como cualquier niño que tiene que tocar un instrumento.
Después, a los 12 años, escribí mi primera canción, y entonces ya...no hay vuelta a atrás, sigues. Luego estuve en un grupo de guitarristas, y después me pasé a vocalista en un grupo donde me lo tomé más en serio, se llamaba Osculum. Ahora he renegado de los grupos, no quiero saber nada de ellos.
¿Cómo te decidiste, entonces, a participar en Cantautores?
Bueno, no me había presentado a ningún concurso en toda mi vida. Sí que había tocado antes en un escenario, de hecho fue una de las cosas que me impulsó a seguir en grupos, el directo, que es lo que mola. Cantautores fue así, hay gente, parece que es una tontería, pero hay un contacto con el público. No es lo mismo tocar delante de dos personas que cuando hay 1000. Hay un intercambio, tú les das, pero ellos también te dan mucho a ti, por eso me presenté, y este año, aunque no gane también tengo pensado presentarme.
¿Qué es para ti la inspiración y en qué te inspiras?
Hay gente que dice que la inspiración no existe. No sabría deciros qué es ni cómo se fabrica, si yo lo supiera... Hay veces que quieres hacer una canción y no puedes. Y hay veces que no quieres y tienes que hacerla. Hay veces en las que en una noche te haces una canción y a veces en cinco semanas. Yo no sé de dónde sale ni porqué, pero sale. Al final la música es contar cosas. Cuando tengo que contar algo y nadie me quiere escuchar, hago una canción y fuera.
Si...¿Dirías entonces que, por ejemplo, desgarras una parte de ti mismo en tus canciones?
Sí. Al final, es eso. Cómo vas a dejar una parte de otro. Al final hay gente que hace canciones sobre lo que piensa, sobre su ideología, sobre sus sentimientos, pero no hacen de los del de enfrente que está enamorado.
¿Consideras que el artista nace o se hace?
Puede que los dos, de una manera, si naces artista, te vas a hacer artista. Yo todo lo que soy hoy lo he hecho o me han hecho. Cuando nací, no pensaba en ser artista. Al final, si has nacido para ser artista, lo serás, sea como sea.
Y tu música ¿es algo que fluye de manera espontánea o que se va formando con el tiempo?
Es verdad que tengo que perfeccionar con el tiempo, pero la base sale sola, son cuatro retoques y ya está. Me gustaría tener un tiempo para ir haciéndola, es como impresionista: tienes un sentimiento ahí y si no lo trabajas se te va y ya no sabes qué hacer.
¿Qué canción has compuesto últimamente?
Lo último que escribí puede que fuera el curso pasado. Compuse una canción que la llamé “Los siete clavos”. La idea hacer una canción basura, fea, asquerosa, que tiene muchísimos fallos: si yo me sé las leyes de la música, las voy a romper y voy a hacer una porquería de canción, que la gente normal no se pueda dar cuenta, pero la que sabe de música sí. La gente me dice, ¡te has equivocado! Y yo les digo que no, ¡que lo he hecho a posta! Es una porquería de canción porque transmite que no existe nada perfecto, la letra también lo dice un poco. Las cosas imperfectas, de alguna manera, están bien hechas siempre. Lo que saqué en claro de primero de carrera fue eso. La canción no me gusta, pero era una apuesta por que no vas a hacer nada perfecto, y aunque no te parezca que todas las cosas estén bien hechas, luego pueden estar bien. Todo lo real es bello, si existe y es humano, pues es bello.
Una frase de alguna de tus canciones con la que quisieras que nos quedemos
Tampoco tengo una frase tuiteable… pero mi verso favorito es de una de las primeras canciones que escribí, que igual no viene mucho a cuento: “Se va dejando la vida mientras busca las veredas. Una lágrima vertida por cada flor de primavera”.