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Vive bailando. Estudia 3º de enfermería y ha logrado una perfecta combinación de baile y futuro profesional con la que disfruta cada día. Comparte con The Speaker su experiencia dando clases, participando en musicales y en el grupo Crazy Beats, formado con más apasionados del baile.

 

¿Cómo empezaste con el baile?

 

Empecé con el baile siendo muy pequeña, con unos diez años. Iba a un club de niñas y mi hermana mayor daba clases en el club. Como era mi hermana lo apuntaba todo, así que cuando se fue, me pasó a mi el legado de seguir en el club, y a partir de ahí empecé. Yo al principio hacía cosas normales, pero tuve que empezar a inventarme mis bailes, a aprender a enseñar a la gente, y luego ya me apunté a clases de baile para evolucionar. Fue algo que no empezó por una vena bailarina, sino que por ejemplo de mis hermanas mayores, salió. Somos tres hermanos, y todos bailamos. La mayor lo hacía super bien, y yo veía que eso molaba un montón ¡Tendré que hacerlo yo también! Después me dijeron que se me daba bien, y como toda la familia le gustaba eso, pues era algo que tenías presente. Mis hermanos se quedaron en clases, y yo me encerraba en mi cuarto, mi padre me regaló un radiocasette enorme que puse  muy alto y me despejaba el cuarto, ¡y empecé a bailar! A partir de ahí fueron saliendo las cosas.

 

Cada vez te fue gustando más, ¿tenías más experiencias de baile antes de llegar a Crazy Beats?

 

No, porque fui a una academia de baile buena y me propusieron meterme a competición, pero yo no he sido buena estudiante, así que si encima de que estudio poco, me metía a competición, no iba a estudiar nada, y quería sacarme un buen futuro profesional. Con diecisiete años, mi hermana estaba metida en el musical de la universidad, era la subdirectora, y le dijo a la directora alguien que hiciese bailes. Me lo propusieron a mi, y me dejó la canción, la última del baile de Grease, y super motivada hice un baile. Fue muy divertido, porque me plantaron en el aula tres de Fcom, un día a las dos del medio día, me presentaron como coreógrafa del musical ¡y me hicieron bailar! Un chico se puso a grabarme para que se lo aprendieran en casa, y se me olvidó a la mitad, me empezaron a aplaudir, en plan ¡pobrecita! Y a partir de ahí tuve que ir a los ensayos y fue impactante la separación de edad: yo dando clase a gente de 24 años, y tengo diecisiete. Empecé los ensayos y nos llevábamos bien. Descubrimos que en ese musical había mucha gente a la que interesaba el baile y había hecho baile antes. El musical de Patito Feo se estrenó en febrero y como nos quedaban pocos meses de clase, decidimos juntarnos nosotros y hacer el baile.

 

Sandra Monguilan había hecho bastantes coreografías del musical, mi hermana también había hecho, así que entre todos nos las enseñaban tranquilamente, y al día siguiente la gente se apuntó. Nos promocionaron por la universidad, y como no estaba en primero de carrera me tenía que estar colando en el polideportivo.

 

Osea…¿fuisteis vosotros quienes empezasteis Crazy Beats?

 

Nosotros lo empezamos, creamos el nombre… ¡hicimos todo! Hubo gente que se interesó y en un principio aceptamos a todo el mundo. El primer año éramos muchísima gente. Hicimos una representación al final, en la que mi hermana enseñaba hiphop, un chico de medicina que se llamaba Ricardo enseñaba salsa, Sandra enseñaba ragga, una especie de mezcla de reggeaton, bailes africanos y hiphop bastante chula, otro lock-in y pop-in, y yo enseñaba crump, un estilo completamente de chicos. Le dijimos a la gente los tipos de estilo que había y unos horarios, y cada uno iba al que le apetecía. Mi clase era muy graciosa, eran todo chicos, y yo era la única chica, pero todo salió bien. Conseguimos que una chica se apuntase para disimular. Hicimos luego dos flashmob, el de Thriller de Michael Jackson en Fcom, que fue la bomba porque no esperamos que viniese tanta gente. Lo promocionamos un poquito, porque queríamos que fuese medio sorpresa medio que la gente lo supiera, y nos plantamos ahí y había muchísima gente. Nos daba una vergüenza tremenda, y salió muy bien. Lo repetimos en San Valentín un viernes a la tarde, al que no fue casi nadie, y luego lo hicimos en ciencias, ¡y estaba solo mi clase!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Alguna anécdota?

 

Mientras hacíamos eso, era primero de carrera, la directora del musical quería hacer Pinocho, y como nos conocía del año pasado, habló con Sandra y con David, y quiso un grupo de baile para el musical con tres chicas y tres chicos. De chicas éramos Sandra, Gara y yo, y de chicos Andrea Lamborguese, David Alén y y mi hermano David. Éramos figurantes, cada uno íbamos vestidos de negro, cada uno llevaba unos guantes y un fular de un color, del que nos pintaban también una máscara del color. Nuestra idea era estar en el musical y también hacer de camareros, por lo que encima de eso nos poníamos un delantal, o hacíamos de muñecos de ventrílocuos: nos poníamos un gorro, una falda y ya. Estuvimos todo el musical bailando y fue una pasada. Al año siguiente, hicimos lo mismo con Peter Pan, lo que pasa es que éramos treinta y pico personas, con lo cual teníamos que enseñar el baile y que los actores también bailaran.

 

Este año, ¿tenéis algún otro plan con Crazy Beats? ¿Seguís con las clases?

 

El año pasado empezamos con Crazy Beats bailando en el Central. Pero se apuntó gente nueva, y el problema era que teníamos muchísima gente apuntada que se fue porque acababa la carrera. Al principio la gente se apuntaba y no se comprometía, hasta el punto de llegar Sandra y yo al ensayo y estar las dos solas. Entonces aguantamos un semestre, y como teníamos que montar las coreografías de Peter Pan y además dar clases de baile en un club de niñas pequeñas, al tener que montar un musical pensamos dejarlo para no perder tiempo. Les escribimos a todos por si algún día les apetecía quedar para sacarnos un video de Youtube que nos guste a todos, pero ahí lo tuvimos que dejar. ¡Ahí quedó Crazy Beats!

 

¿Qué más haces actualmente?

 

Yo, por mi parte, con mi hermana Macarena y formamos parte de el cuerpo de baile de una compañia de una escuela de teatro que se llama Butaca 78, y como sabía que nos gustaba el baile nos llamó para hacer Chicago. Al gustarle tanto, nos ha seguido llamando para hacer Cabaret y este año van a hacer Mamma Mía. Nos han pedido que  vayamos a aprender de un coreógrafo profesional y a participar de figurantes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Qué significa el baile para ti? 

 

Creo que el baile es una forma de descubrirte a ti mismo, de mostrar lo que tienes dentro, porque yo me considero bastante sencilla, y he llegado a bailar Cabaret que es como sexy, y lo bailas y dices, ¡tengo un lado sexy! O en el musical de Peter Pan, me hacen que sea un pirata, pues yo en la vida he sido un pirata. Ayuda a descubrir lados tuyos que no tenías. Te ayuda a expresarte, pero como he hecho más baile de musical, en el que te tienes que atener a lo que hay, no lo utilizo para eso. Pero yo, en mi casa, si estoy un día muy enfadada, en vez de ir a alguien y pegarle un grito, bailo y me desahogo y me relajo. Y depende del día que tengas, sacas unos bailes. Puedes bailar la misma canción y la puedes sacar de una forma o de otra.

 

¿Cómo es dirigir un grupo? La paciencia de los pasos de baile, que la gente no coja el ritmo…

 

Tengo la teoría de que hay dos formas de trabajar: puedes ir de mala desde el primer día, conseguir que todo el mundo te respete, mantener distancia, o como yo trabajo que es...ser como soy, y la gente va a acabar respondiendo porque les caes bien y no quieren defraudarte, entonces mi experiencia es buena, porque si vas con buena actitud al final la gente responde bien. Quiero trabajar en un sitio al que la gente va porque quiere divertirse.

Siempre está la típica persona que no tiene ni idea de bailar y que encima no viene a ni un solo ensayo, ahí sí hay veces que quieres matar a la gente. Hay veces que a la gente le da igual, y que les de igual algo que a ti tanto te apetece, pues a parte de que te quita la ilusión, dan ganas de mandarle a su casa. Pero por otra parte hay gente que responde muchísimo, y alguno te dice que lleva ensayando mucho durante varios días, y te alegras. Es verdad que tiene momentos desesperantes, pero gracias a Dios tengo mucha paciencia y no nos pasa nada malo.

 

¿Cómo ves tu futuro entre la enfermería y el baile?

 

Mi futuro profesional será ser enfermera, pero tampoco tengo muy claro dónde quiero acabar. Me encantaría acabar siendo enfermera militar, y ser una enfermera militar que baila tampoco tiene mucho sentido… pero a mi el baile me gustaría no dejarlo. Tener el baile como lo tengo ahora, cuando me llame la directora, ir, cuando tenga que ir al club a enseñar, seguir yendo, y seguir aprendiendo por mi cuenta, como hacía de pequeña: ir a mi cuarto, ponerme la música y empezar a bailar. Pero dedicarme profesionalmente yo creo que no. Aunque siempre el baile lo llevo conmigo.



 

Laura Núñez

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